Clásico Pippermint (G2 – 1400 metros), en el Hipódromo de San Isidro
Un
cambio de condición interesante
Hasta la temporada 2010 el
Clásico Pippermint fue una de las prueba de mayor relevancia en la recta
del
Hipódromo
de San Isidro, por anteceder en el segundo semestre de la temporada al Gran
Premio Suipacha
(G1 – 1000 metros), el
primer enfrentamiento en la categoría, en el máximo nivel, para ejemplares de
tres
años y más edad. Sin
embargo, desde 2011 el Clásico Pippermint ya no marca la hoja de ruta que
conduce
al Gran Premio Suipacha
(octubre), y que tiene como paso intermedio el Clásico Cyllene (septiembre).
Ahora, el Clásico
Pippermint (G2 – 1400 metros) es considerado como la etapa
final de la Diagonal
Clásica del
primer semestre. Es decir, dejó de ser una prueba de velocistas para
convertirse en pilar de la
media distancia y último
escalón para aquellos ejemplares que compiten regularmente en el trazado
diagonal. De todos modos,
al margen de la modificación, bien vale la siguiente recorrida por las últimas
23
versiones de la citada
competencia de G2.
Curioso Slam
logró el Clásico Pippermint (G2), en la diagonal de césped y comenzó con una
serie clásica que le
permitió
convertirse en el Mejor Millero de la última temporada
Últimas
23 versiones
La recorrida por las
últimas dos décadas (y algo más…) del Clásico Pippermint arranca en la edición
de
1989, donde venció por
media cabeza Pardiño (Partners Delight), defensor del Stud La Inocencia
(LP). Este
pupilo de Leonardo
Mansilla fue conducido por Juan Valdez y superó por el citado margen a Spiny,
una de
las mejores hembras
velocistas de su época, con dividendo a ganador de $ 48,75.
Seguidamente Pardiño
arribaría tercero en el Clásico Necochea (L – 1000 metros), antes de imponerse
consecutivamente en el
Handicap Ámsterdam (1000 metros) y en el Clásico Cyllene (G2 – 1000 metros),
siempre en la pista de
césped del Hipódromo de San Isidro.
En la edición de 1990 ganó
un destacado velocistas: Capo Máximo y superó por medio pescuezo a
Spiny,
que el año anterior había
cedido por media cabeza ante Pardiño. Capo Máximo fue criado por el Haras
Abolengo y era entrenado
por Juan Carlos Etchechoury (hijo). Jorge Caro llevó a la victoria al nieto de
El
Capo en un registro de
56s4/5, defensor del Stud Haras La Estancia.
Spiny (Ringaro)
venía de dos segundos consecutivos por márgenes ínfimos en el Clásico
Pippermint y
consiguió esa victoria en
la que fue su tercera incursión ininterrumpida en la prueba del kilómetro.
Hija de Ringaro y
Stridence (Salt Marsh), Spiny defendió a lo largo de su campaña los colores de
su criador,
el Haras La Quebrada. Era
pupila de Carlos Zarlengo, fue llevada al éxito por Jacinto Herrera y superó
por
cuatro cuerpos a otro
velocista superior: Pancho Press.
Pancho
Press escoltó a Spiny en 1991 y un año después (1992) venció con el
propio Jacinto Herrera por un
cuerpo y medio. Este hijo
de Arrow Press demoró 58s1/5 y precedió respectivamente a Don Juan Tag y Le
Soleil, otros de los
grandes velocistas de la década del ’90 en las pistas argentinas.
Seguidamente, Pancho Press
quedaba tercero en un G1 sobre pista de arena y se adjudicaba por un cuerpo
y medio el Gran Premio
Suipacha (G1 – 1000 metros), donde volvía a vencer a los mejores.
En 1993 repite Pancho
Press y en esta ocasión precede por tres cuerpos al gran Paranoide, otro de
los
velocistas más importantes
de aquel tiempo. Incluso, Paranoide terminaría la temporada con un triunfazo
ante Le Soleil en el Gran
Premio Internacional Félix de Alzaga Unzué (G1 – 1000 metros), en San Isidro.
Bombazo
Toss se quedó con la versión de 1994 del Clásico Pippermint, donde
derrotó por ventaja mínima a
El Goma, mientras Cap
Antibes llegó tercero, al cabo de 56s1/5. Cornelio Reynoso llevó a la victoria
al
vástago de Egg Toss, que
era preparado por Eduardo Ferro.
En 1995 y 1996 las hembras
superaron a los machos. Primero fue Torquera (Raw Pleasure) la que
derrotó
por tres cuartos de cuerpo
a Quitur Ju, con la dirección de Guillermo Sena y el entrenamiento de Luis
Benavides. Un año después
se impuso por cinco cuerpos Wally (Southern Halo), esa sensacional
reservada
por el Haras La Quebrada
que posterior y consecutivamente se adjudicó el Gran Premio Suipacha (G1 –
1000 metros) y el Clásico
Ocurrencia (G3 – 1000 metros). En todos esos triunfos sobre la pista de césped
de
San Isidro, la nieta
materna de Logical (Buckpasser) fue dirigida por Jacinto Rafael Herrera.
Capo D’Oro
interrumpió la serie de triunfos de hembras con sus dos victorias
en 1997 y 1998. El hijo de
Capo Máximo –ganador del
Clásico Pippermint de 1990- ganó el primer año por seis cuerpos y seguido se
adjudicó el Gran Premio
Suipacha (G1); mientras en 1998 superó por tres cuartos de cuerpo a Sege Lifar.
En
ambos éxitos fue preparado
por Oscar Yedro y lo dirigió Abel Giorgis.
Vacacionada
superó por dos cuerpos a Dionisio Tom en 1999 y consiguió un
triunfo más para las hembras.
La hija de Southern Halo y
Valery Toss (Egg Toss), reservada por el Haras Vacación, venía de superar a
Dionisio Tom en las Estrellas
Sprint, siempre entrenada por Juan Maldotti y con la dirección de Pablo
Falero.
El propio Pablo Falero
vuelve a festejar en el Clásico Pippermint del año 2000. Lo hace gracias a Fire
Toss
(Fine Toss), un reservado
por el Haras Ni Manor que era entrenado por Hugo Miguel Pérez.
Southern Halo sumaba hasta
el año 2000 dos victorias en el Clásico Pippermint. Sin embargo, entre 2001 y
2005 sumaría cinco logros
más con tres de sus mejores hijos. La serie se inició con la victoria de Taimazov
en el 2001, luego de su
triunfo en el Gran Premio Estrellas Sprint (G1 – 1000 metros), y continuó con
los dos
impactos de Sebi Halo,
en 2002 y 2003. El descendiente de la generosa Esnaola (Ringaro) corrió con las
sedas del Stud Carmarí y
era preparado por Ernesto Romero. Pablo Falero fue el encargado de llevar al
disco al caballo criado
por Rubén Sciacca, tanto en un año como en el otro.
A los dos logros de Sebi
Halo se suman las dos victorias de The Lord, como para que Southern Halo
sume
en forma consecutiva su
quinto Clásico Pippermint, entre 2001 y 2005. The Lord también tenía como madre
a una hija de Ringaro –Lourdes-
y había sido criado en el Haras La Quebrada.
En el 2004 superó por un
cuerpo y medio a Vascular Sugery, entrenado por Pedro Molina, con la dirección
de Rodrigo Cunz y las
sedas del Stud Yunito. En cambio, un año después ganó con los colores del Stud
La
Rubeta, la preparación de
Juan Carlos Maldotti y la conducción de Pablo Gustavo Falero.
Southern Halo volvió a escribir
su nombre en el Clásico Pippermint pero en 2006 lo hace como abuelo
materno de La Leocadia,
una hija de Louis Quatorze que defendió las sedas del Stud Tres Jotas.
Al igual que la anterior, Carbonilla
Fina (Carcelero y Ski Amistad por Bid Us) derrotó a los machos en 2007.
Con Damián Ramella en su
montura superó por dos cuerpos y medio a Knock, al cabo de 53s55/100.
Compasivo
Cat (Easing Along) triunfó en 2008 con el binomio Gustavo Calvente –
Roberto Pellegatta y los
colores del Stud Aladino,
mientras Always Winner –foto- (Painter) se impuso en 2009 con Rodrigo
Blanco,
con la preparación de
Carlos Daniel Etchechoury y las sedas del Stud El Gusy.
Así se llega a la versión
de 2010, donde ganó Scrabble, hijo de Sebi Halo -dos veces ganador de la
prueba
de G2-. Al igual que su
padre, Scrabble se adueñó de la carrera de velocista, y lo hizo con la gran
conducción de Mario
Fernández.
Cuando el cotejo dejó de
ser una prueba de velocidad y pasó a la diagonal, con sus actuales 1400 metros
de
recorrido, se registró el
éxito de Curioso Slam (Grand Salm), un representante del Stud La Pampita
que fue
criado por el Haras
Firmamento. Pablo Sahagian entrenó al nieto materno de Numerous, al que llevó
al disco
el jinete brasileño Altair
Domingos.
Pick Out (Brancusi)
y Pataques (Catcher in the Rye) derrotaron a Fasteed Emperor con
diferentes recetas.
El primero lo hizo en
2012, de atropellada, con los colores del Stud El Gusy y con dirección de
Adrián
Giannetti. El restante,
del Stud La Frontera, venció de punta a punta, dirigido por Jorge Ruiz Díaz.
Los más
ganadores de los últimos 25 años
A la hora de repasar las
figuras del Clásico Pippermint, de las últimas 25 versiones, no se puede
pasar por
alto al superlativo Southern
Halo (Halo), el semental que venció siete veces como padre (cinco en forma
consecutiva) y que también
ganó una vez como abuelo materno, con La Leocadia; y otra como abuelo
paterno, en 2010, con su
nieto Scrabble, hijo de su famoso descendiente Sebi Halo.
El caso de Capo Máximo también
merece mención pues el vencedor del Clásico Pippermint (G2) de 1990 lo
ganó dos veces más con su
hijo Capo D’Oro, que se impuso en 1997 y 1998.
Un total de seis yeguas
superaron a los machos en las últimas 22 ediciones mientras el citado Capo D’Oro,
Pancho
Press, Sebi Halo y The Lord pudieron triunfar en dos
ocasiones consecutivas.
Por el lado de los jinetes
domina Pablo Falero con cinco éxitos, dos más que Jacinto Herrera y tres
más que
Abel Giorgis. En cambio,
entre los entrenadores son cinco los que ganaron dos veces: Juan Carlos
Maldotti, Ernesto
Romero, Juan Carlos Etchechoury, Oscar Yedro y Carlos
Zarlengo.
Entre las madres también
son cuatro las que ganaron dos veces pues no son otras que las madres de los
ganadores duales que
registra el repaso por los últimos 25 años del Clásico Pippermint. No obstante,
entre
los abuelos maternos se
destaca ampliamente Ringaro al haber ganado en cuatro ocasiones. Dos
veces
más que sus pares Kasteel
y Gemini Six.
Haras La
Quebrada ganó cuatro veces el clásico en cuestión y domina entre las
cabañas mientras los studs
La Quebrada, El Gusy, Güer Aike, Don Simeón y Carmari
son los más ganadores, todos con dos logros.
Prensa: Hipódromo de San Isidro.
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