Capacitarse
deja muy buenas sensaciones.
Este
martes se completó el curso virtual de “Análisis y comprensión del Reglamento
General de Carreras”, otra iniciativa de la UTTA para formarse dentro del turf
en todo el país.
Tras
promover acuerdos, nutrir el debate con experiencias y profundizar en los
deberes y las responsabilidades de los jockeys, la capacitación de “Análisis y
comprensión del Reglamento General de Carreras” se completó este último martes
de noviembre con otra aula virtual de la UTTA que dejó muy buenas sensaciones.
Siguiendo
con la temática del nuevo tópico durante la pandemia del coronavirus, que se
dividió en tres clases, los moderadores Juan Ignacio Genzano y Reinaldo Molina
profundizaron esta vez en los deberes y responsabilidades de los entrenadores,
propietarios y otros componentes ligados al desarrollo de una reunión
hípica.
Así,
se conversó respecto de la posición de los mismos antes de la carrera, en la
misma y después de finalizada. Desde la correcta documentación y la llegada en
tiempo y forma a la revisión veterinaria hasta las tareas administrativas y los
tratamientos permitidos. En medio de ello, las inquietudes que demanda la
Secretaría de Carreras ya desde la anotación, con los accesorios que irá a
competir cada caballo o la posible necesidad de un caballo de tiro. Y lo que
involucra, en el caso del cuidador, con el personal a cargo, el análisis del
antidoping inmediatamente después de la carrera y los premios y penas que
pudiera ocasionar.
Pero asimismo, porque el turf no es únicamente lo que sucede en la jornada de competencia, se hizo foco, además, en el manejo del Tattersall y el movimiento de la Villa Hípica los días que no se corre. Las cuestiones centrales allí radican en los entrenamientos, con sus horarios de pistas y duchas; lo que implica los ingresos y egresos de animales al predio o los censos de los veterinarios.
Como es habitual, en otros tiempos en forma presencial y este año en forma virtual, las dos horas de los cursos ideados por nuestro Secretario General Carlos Felice transitan con frescura y abundante interacción. Quienes se anotan se sienten incluidos, protagonistas y comparten sus experiencias, algo que en esta oportunidad desde los facilitadores encontró un buen ida y vuelta en las decisiones de los jueces o parte del Comisariato y lo que rodea a la programación.
Tanto que el final de la clase llegó casi sin descubrir que se había pasado ya casi todo este particular año. No obstante, se mantienen las demandas por nuevas charlas que nutran a los trabajadores del turf, en plena evolución en todos los sentidos en gran parte de las provincias argentinas.
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