Prensa UTTA

Capacitarse sin fronteras desde la UTTA.

Se desarrolló en tres encuentros virtuales de más de dos horas cada uno, con destacados expositores y más de 100 asistentes de varios países, el curso denominado “Bases para la selección y revisación de productos SPC para la compra”; con el valioso aporte de José De Camargo.

Se desarrolló durante julio, en tres clases virtuales de más de dos horas cada una, la capacitación gratuita de “Bases para la selección y revisación de productos SPC antes de la compra”, organizada por la UTTA. El primer segmento se enfocó en “Aspectos a tener en cuenta en la selección de un caballo de carrera”, con un invitado especial: el entrenador, criador y agente brasileño José de Camargo. Su  vínculo con el turf se inició en 1968 y hoy es referente de la hípica norteamericana y una voz con muy buena llegada a varios de los principales haras argentinos.

Como prólogo, nuestro Secretario General, Carlos Felice, saludó a los participantes, agradeció a todos, destacó al expositor y subrayó los beneficios que tiene la actividad, desde el empleo y las oportunidades de trabajo e inclusión que genera. Con el médico veterinario Abel Bacigalupe como moderador y más de un centenar de asistentes de varios países, De Camargo aportó sus conocimientos de 50 años trabajando en la industria, en base a su desarrollo en diversas áreas del turf, la doma, la genética y la equitación, y con estudios en Europa.

“Pensar con números y razonar con probabilidades”, fue la primera consigna que ofreció desde Estados Unidos. “Gana más el que se equivoca menos”, resultó el mensaje siguiente. “No se pueden comparar estadísticas en diferentes medioambientes”, sumó enseguida. La temática en la que se fue incursionando y promoviendo el debate comenzó desde su piedra base: qué es una revisión pre-compra, la revisación física y las consideraciones genéticas de los reproductores y las líneas maternas nacionales e importadas.

“No se puede entrenar a una hoja de catálogo. Uno compra una ilusión. Usted tiene que vivir el SPC al máximo posible”, subrayó De Camargo, como primer consejo, entre anécdotas y recuerdos. Y desarrolló las ideas en base a parámetros de selección. Resultados y previsiones. Como puntos a considerar al momento de la selección se establecieron como prioridades la apariencia física, el comportamiento, el balance y la forma de caminar, dejando en segundo plano, en cierta forma, los aplomos y la alzada e, incluso, el peso.

La continuidad de la capacitación llevó la exposición a la influencia del medioambiente y la genética en un producto SPC. Un despliegue de mitos y teorías, siempre en base a ejemplos y experiencias en diferentes países y con diversos protagonistas. “La genética no es milagrosa. Es fundamental un todo”, remarcó, citando una serie de 10 puntos que se suman en las etapas de cría, entrenamiento y competencia, desde el parto hasta el jockey. Enseguida se hizo un análisis de la precocidad y de la pérdida de oportunidades.

Para que su despliegue resulte didáctico para todos los asistentes, José apeló a naipes y vegetales para ejemplificar las mezclas y variedades disponibles en el amplio universo de los pedigrees y familias. Los misterios, prejuicios y un “secreto” que no existe. El final fue un exquisito y prolongado debate, con el cruce de opiniones, preguntas, recuerdos y agradecimientos por el valor enriquecedor de la exposición. La sabiduría, la pasión y las experiencias, al servicio de los componentes de la industria.

En la continuidad de esa capacitación virtual y gratuita, la temática se enfocó en la segunda clase inicialmente en los puntos eje para considerar en ese aspecto del mercado. Como parte de este otro ciclo pensado en los trabajadores de la industria hípica, el agente local Mariano Semowoniuk expuso su experiencia y conocimientos, junto a Bacigalupe, que expuso su mirada en complementación.

“Ir a los campos. Las revisaciones allí son muy positivas, permiten dedicarle tiempo a los ejemplares que a uno le gustan”, aconsejó Semowoniuk. “Que me guste en el primer golpe de vista, que esté dentro del patrón de caballos lindos, más allá de su pedigree”, sumó. “Que sea lo más correcto posible para la alta competencia”, apuntó como prioridad en el análisis de la revisión previa, con observación de los físicos, pedigrees y proyección. Y profundizó en las ventajas y desventajas en la conformación y casos de éxitos en la coyuntura actual.

“Para ventas al exterior, lo principal es que sea sano. Hay que evaluar el medio en el que va a correr y medirlo según el país al que viajaría, los tipos de carreras, las superficies en las que se compite, las medicaciones permitidas”, puntualizó el agente. “Soy un defensor de los caballos argentinos. El tema de la crianza es fundamental para la competitividad ya sea en el país como en el exterior, donde la vara resulta más alta”, destacó. Y recordó cómo fue el descubrimiento de Village King, ganador del último Carlos Pellegrini.

Tras ello se analizó qué es un examen pre-compra, lo que representa eso y las metodologías. “Un potrillo a la venta es un diamante en bruto que se tuvo que pulir”, utilizó como metáfora Bacigalupe. “Hay que tratar de evaluar los costos y beneficios del proceso”. El veterinario buceó en la letra chica de las “condiciones de venta”, remarcó la importancia de la revisación física y ejemplificó: “Un producto nuevo es como un 0 km. Cuando está para domar vamos a intentar acercarnos al ideal de que sea lo más perfecto posible”.

Respecto de la revisación, ahondó en el método de observación óseo, ligamentoso y muscular; la morfología y dinámica de los yearlings, y la conformación y detección de anomalías, con el análisis de zonas claves. Todo, desde ya, sujeto a la raza del caballo deportivo que se busca. Como características para prestar atención se hizo hincapié sobre alzada, largo, profundidad, belleza, defectos y taras, desglosando los puntos positivos y negativos de cada caso. Como ejemplo, se abordó en detalle sobre los aplomos y consideraciones. Sobre el final, el debate, las preguntas y los cambios de opiniones ganaron espacio, con recuerdos, interpretaciones y la resolución de inquietudes con el intercambio ya tradicional.

Y en el tercer encuentro, bajo las mismas condiciones y luego de recordar los puntos principales de las jornadas previas, el eje estuvo en los procedimientos antes y durante la recría. Otra vez, con la moderación de Bacigalupe, especialista en educación universitaria con orientación en ciencias biológicas y veterinarias. El temario estuvo distribuido en ocho consignas: los métodos complementarios, con revisión de placas y endoscopías; vicios redhibitorios y antecedentes clínicos; traslado y ubicación; aspectos fundamentales de un yearling; lesiones y tratamientos; medioambiente ideal y alimentación adecuada, la doma en tiempo y forma, y los ejercicios antes del ingreso al stud para el entrenamiento.

Con el aporte de un video, se observó en detalle un examen laringoscopio. “Es causal de rechazo si la patología es permanente”, explicó, por ejemplo, sobre un caballo con perfil de roncador. “Hay que evitarle al dueño futuras necesidades de cirugía; al menos informarle al comprador y que decida si quiere o no al animal”, añadió. En el examen radiográfico, “hay que poner atención principalmente a las zonas óseas o articulares que no se vean a simple vista, por lesiones que se pueden llegar a presentar e identificar”, precisó el veterinario. Las imágenes dieron ejemplos variados.

Sobre el traslado se expusieron desde la parte sanitaria, con la libreta actualizada, hasta las consideraciones referidas al tiempo de viaje, a la alimentación, los vendajes, el manejo y los trastornos posibles, incluyendo el stress. “El caballo tiene que crecer moviéndose, para tener buena musculatura tiene que ejercitar”, fue una consigna vital compartida. “Domar no es cansar o doblegar”, se remarcó en la continuidad del ciclo de vida. “Hay que quitarnos la obsesión del calendario y no apurarnos”, sumó.

Antes del cierre con las preguntas y el debate se recordaron frases célebres que cobran valor en el trabajo a largo plazo: “Para hacer un buen caballo se necesitan años, para malograrlo hace falta un minuto” y “El tiempo potencia las decisiones”. Así, se dio por finalizada otra capacitación ideada, como siempre, para el beneficio personal y profesional de los trabajadores que integran la industria hípica, a partir de una relación sana y amistosa con los caballos.










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