Carlos Felice, a los trabajadores del turf.
“Setenta y cuatro por ciento del padrón electoral que se movilizó a expresarse en este proyecto. Voto directo y secreto de los afiliados desde Salta a Neuquén, desde Mendoza a Santiago del Estero. Este noventa y siete por ciento de adhesión, significa adhesión a los ideales, la convicción, el compromiso y la lucha que implica UTTA.
La epopeya que tenemos delante, compañeros, la van a escribir las masas hambrientas sin tierra ni propiedad de obreros jornaleros explotados invisibles, sin identidad, en la ignominia de la no registración laboral. Lucha de masas y de ideas, epopeya que llevarán adelante nuestros trabajadores maltratados y despreciados, nuestros pueblos desconocidos hasta hoy, que ya empiezan a quitar el sueño. Nos consideraban rebaño impotente y sumiso y ya se empiezan a asustar de ese rebaño, quienes en el turf han vivido del Estado por más de 20 años ninguneando a los laburantes.
Ya no hay organizaciones pequeñas ni fuerza desdeñables, porque ya no hay patria fragmentada ni aislada. Ninguna organización de las fuerzas del trabajo es débil, porque forma parte de una familia de miles de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todos un mismo mejor destino y cuentan con la solidaridad de todos los hombres y mujeres honrados a lo largo y ancho del país.
La hora de su reivindicación la vienen señalando con precisión también de un extremo a otro de América del Sur. Ahora, esta muchedumbre anónima, sombría, apesadumbrada, dolida y traicionada, esta muchedumbre es la que quiere entrar definitivamente a protagonizar su historia escrita con la tinta de su propia sangre, que suda cada palabra, sufre y muere en sus episodios cuyos escenarios son nuestros campos, nuestra pampa, montañas, sierras, cuchillas, yungas, selvas tropicales, bosques, lagos, a veces solitarios, otros, capítulos ruidosos por el trajinar de las ciudades. En todo el territorio se moviliza este universo de hombres y mujeres con inmenso deseo de morir por lo suyo y por los suyos, de reconquistar sus derechos avasallados por tantos en todas partes.
Ahora sí, el turf, lo hípico, tendrá que contar con los pobres, con los explotados que decidieron marchar juntos para llegar hasta los «Olimpos» gobernantes a exigir el cumplimiento de sus derechos indiscutibles.
De un tiempo a estar parte empieza a vérsenos a los trabajadores del turf portando nuestras banderas con nuestras consignas flameando en el viento, por entre los caminos escarpados áridos y por entre los llanos fértiles. Y esta ola de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza a levantar, esta ola, ya no para más. Porque esta ola la formamos los que somos más, los que tenemos el trabajo como arma para la lucha y para la vida, los que creamos los valores (trabajo, lealtad, solidaridad), hacemos andar las ruedas de la historia hace tiempo y despertamos del largo sueño alienante al que sometieron a los más humildes y a la clase trabajadora del turf.
Porque esta gran multitud dijimos «¡Basta!» y empezamos a andar, compañeros."
“Setenta y cuatro por ciento del padrón electoral que se movilizó a expresarse en este proyecto. Voto directo y secreto de los afiliados desde Salta a Neuquén, desde Mendoza a Santiago del Estero. Este noventa y siete por ciento de adhesión, significa adhesión a los ideales, la convicción, el compromiso y la lucha que implica UTTA.
La epopeya que tenemos delante, compañeros, la van a escribir las masas hambrientas sin tierra ni propiedad de obreros jornaleros explotados invisibles, sin identidad, en la ignominia de la no registración laboral. Lucha de masas y de ideas, epopeya que llevarán adelante nuestros trabajadores maltratados y despreciados, nuestros pueblos desconocidos hasta hoy, que ya empiezan a quitar el sueño. Nos consideraban rebaño impotente y sumiso y ya se empiezan a asustar de ese rebaño, quienes en el turf han vivido del Estado por más de 20 años ninguneando a los laburantes.
Ya no hay organizaciones pequeñas ni fuerza desdeñables, porque ya no hay patria fragmentada ni aislada. Ninguna organización de las fuerzas del trabajo es débil, porque forma parte de una familia de miles de hermanos que padecen las mismas miserias, albergan los mismos sentimientos, tienen el mismo enemigo, sueñan todos un mismo mejor destino y cuentan con la solidaridad de todos los hombres y mujeres honrados a lo largo y ancho del país.
La hora de su reivindicación la vienen señalando con precisión también de un extremo a otro de América del Sur. Ahora, esta muchedumbre anónima, sombría, apesadumbrada, dolida y traicionada, esta muchedumbre es la que quiere entrar definitivamente a protagonizar su historia escrita con la tinta de su propia sangre, que suda cada palabra, sufre y muere en sus episodios cuyos escenarios son nuestros campos, nuestra pampa, montañas, sierras, cuchillas, yungas, selvas tropicales, bosques, lagos, a veces solitarios, otros, capítulos ruidosos por el trajinar de las ciudades. En todo el territorio se moviliza este universo de hombres y mujeres con inmenso deseo de morir por lo suyo y por los suyos, de reconquistar sus derechos avasallados por tantos en todas partes.
Ahora sí, el turf, lo hípico, tendrá que contar con los pobres, con los explotados que decidieron marchar juntos para llegar hasta los «Olimpos» gobernantes a exigir el cumplimiento de sus derechos indiscutibles.
De un tiempo a estar parte empieza a vérsenos a los trabajadores del turf portando nuestras banderas con nuestras consignas flameando en el viento, por entre los caminos escarpados áridos y por entre los llanos fértiles. Y esta ola de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza a levantar, esta ola, ya no para más. Porque esta ola la formamos los que somos más, los que tenemos el trabajo como arma para la lucha y para la vida, los que creamos los valores (trabajo, lealtad, solidaridad), hacemos andar las ruedas de la historia hace tiempo y despertamos del largo sueño alienante al que sometieron a los más humildes y a la clase trabajadora del turf.
Porque esta gran multitud dijimos «¡Basta!» y empezamos a andar, compañeros."
ELECCIONES NACIONALES UTTA
Buenos Aires, 15 de octubre de 2015
Buenos Aires, 15 de octubre de 2015
Prensa UTTA OSPAT <prensa@utta.org.ar>
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