LA ARGENTINA SE HIZO A CABALLO
LA HIPICA TREMENDA MAQUINA INDUSTRIAL
Nadie puede dudar que el
¨CABALLO¨, como símbolo forma parte
de un componente de nuestra identidad a nivel nacional.
La actividad hípica
específicamente tiene dos caras: La del DEPORTE, que involucra el Entretenimiento, el Juego, el
Esparcimiento y la INDUSTRIA que se
genera en torno al caballo. Ambas realidades conviven y se retroalimentan
constantemente cuando se encuentra en un ámbito favorable.
La actividad hípica es una enorme industria
sin chimeneas, que va desde la cría hasta la competencia, y tiene como
principal característica la necesidad de mano
de obra intensiva no calificada e irremplazable por las máquinas y el avance
tecnológico. Los países más avanzados en esta materia como Estados Unidos,
Irlanda, Sudáfrica, Francia, Australia o Nueva Zelanda, algunos de nuestros
principales competidores, quienes realizan constantemente estrategias acompañando
a la hípica con el objeto de sofrenar y apaciguar las consecuencias de los problemas
laborales y sociales que trae el avance de tecnología en otras industrias, pero
en especial donde se encuentra la mano de obra no calificada quienes casualmente
tienen mayores dificultades de inserción laboral al menos esta generación y las
inmediatas quienes han quedado muy atrasados en materia de educación.
Desde lo deportivo, la actividad hípica tiene más de 200 años de historia, con sus
reglamentos para la cría y competencia, con tradición, técnicas e inversiones
millonarias. No es un capricho argentino, es una actividad mundial y global,
donde nacen por año unos 110.000 Sangre Pura de Carreras, estamos hablando de
un padrón de 1 millón de caballos
entre reproductores, vientres, potrillos de año, 2 años, 3 años y training. Los
Estados le prestan la atención como deporte, como entretenimiento o como industria,
donde todos entienden que por cada
caballo que nace pasan de forma directa el trabajo de 8 a 10 personas antes
de llegar a la pista, quienes dejan en ese deportista su impronta,
conocimiento, esfuerzo, cariño y pasión.
Quienes conocen la actividad y la viven diariamente enfrentan desafíos
constantes, 2+2 nunca es 4, no son máquinas, son seres vivientes que nacieron
para ser deportistas no parlantes, para la mayoría el caballo es tan importante
como sus familias. Argentina tiene ventajas
comparativas como la extensión en sus superficies, su excelente suelo, su buen
clima y la mano de obra que sabe del manejo equino, donde gracias a todo
esto lleva a la mejora en la competitividad logrando mayor su sanidad frente a
otros países.
Conocer el sector y todas sus aristas, es fundamental para formar un buen equipo de trabajo,
fijando objetivos claros y concretos, quizás no tan ambiciosos en principio,
pero posible.
Resumamos algunos aspectos importantes de la actividad y logremos
graficarla.
Argentina es el 4to. Productor
mundial en cantidad de nacimientos con unos 8.000 anuales. Es el primero en
Sudamérica, somos los responsables del 9% de la producción mundial. Esto nos debe llenar de orgullo y
admiración tanto al ciudadano como a los dirigentes y representantes por tener
este lugar de privilegio. Aquí nos
hacemos la primera pregunta: ¿Cómo no tenemos un plan integral para mantenerlo
o desarrollarlo a la altura de la competencia y globalización mundial
aprovechando su posición de liderazgo Sudamericano? El Estado debe liderar
y asumir esta responsabilidad y desafío ya la actividad hípica por sí sola no
puede avanzar, por sus diferentes eslabones de la cadena totalmente diferentes,
además no tiene un dueño y de lo que debe vivir (el juego) está regulado por el
mismo Estado. Estamos ubicados detrás de
Estados Unidos, Australia e Irlanda, pero delante de potencias como Japón, Inglaterra
o Francia.
Exportamos al mundo unos 240 caballos de Sangre Pura de Carrera
(incluyendo a nuestros países vecinos), apenas un 3% del total de nuestra
producción, cuando en el pasado hemos llegado a exportar hasta un 9% de la
producción nacional. Pensemos en un país como Irlanda, que exporta nada menos
que el 50% de su producción, dando evidencias que existe en este capítulo
grandes posibilidades de crecimiento. Analicemos las estrategias de Irlanda o
Australia, la hípica en esos países se encuentra en la agenda de los
representantes de su país, son Gobiernos que reconocen la actividad por su
valor agregado y generador de mucho empleo. La actividad no puede desarrollarse
por sí sola, ejemplifiquemos: el juego está regulado por el Estado, dejándolo
fuera de su agenda en el desarrollo comercial priorizando el desarrollo de
otros cientos de juegos que le dan caja de forma inmediata, otro ejemplo puede
ser de políticas y controles sanitarios que también lo regula el mismo Estado,
lo mismo pasa en el ámbito impositivo, o en las políticas de trabas o
beneficios a la exportación, todo este poder lo tiene el Estado dentro de sus
roles y potestad. Junto a los privados se debe trabajar en políticas conjuntas
para desarrollar la actividad.
La producción del Sangre Pura de Carreras, se concentra fuertemente en
la Provincia de Buenos Aires (75%), así como en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
En la cría, la recría, el entrenamiento y la competencia de los caballos SPC
trabajan unas 45.000 personas a las que debe sumarse otras 90.000 que hacen
tareas indirectamente. Se estima que nada menos que 400.000 personas viven del
trabajo generado por este sector. Nuevamente nos viene a la cabeza una
pregunta: ¿Que tienen en común un
transportista, periodistas, veterinarios, forrajes, suplementos alimenticios,
herreros, ingenieros agrónomos, peón vareador, jockey, criador, alambrador,
entrenador, propietario, etc.? Que
el caballo de sangre pura de carrera es el medio para ofrecerle un trabajo y un
ingreso para poder alimentar y desarrollar a su familia, más una pasión, más un
oficio, más un futuro, y una cosa sumamente importante el sentido de la
DIGNIDAD por lo que hacen.
Sudáfrica un país con mucha población pobre, que entiende de la
importancia de la industria, con incentivos impositivos que comenzaron en 1988,
y el Gobierno formando parte del desarrollo de la hípica, entendiendo que la
actividad del SPC tiene una facilidad mayor para desarrollar empleos básicos
que otras industrias, esto lo desarrolló y profundizó el mismo presidente
Mandela quien entendió la importancia de este deporte dominado por los blancos
en ese país. Cualquiera que conozca la actividad desde su interior, puede demostrar que debe de ser apoyada y
desarrollada por ser excelente en la re-distribución de los ingresos, ya
que en su mayoría quienes ganan dinero en sus actividades personales o privadas
gastan una parte de sus ingresos en la hípica generando una fuente inimaginable
de puestos de trabajo, en personas que no sabrían desarrollarse en otras
actividades. Países como Irlanda o Francia en cambio al ser seguramente países
con más desarrollo, sus resultados muestran el incentivo a los jóvenes como
primer trabajo, por ser una actividad que no descansa ni tiene feriados,
siempre detrás de un animal hay una responsabilidad viva a quien se debe alimentar,
cuidar y querer. Cada país buscará su forma, algunos desde las desgravaciones
impositivas, otros con mejoras en los costos laborales, otros con el desarrollo
de red de comercialización como Francia o Australia, aceptando todos de su
importancia.
Volviendo al desarrollo de nuestra industria y nuestras distintas
aristas, hay otra etapa muy importante de conocer, la cuida, hay unos 15.000
caballos de carrera en entrenamiento de los hipódromos centrales, casi la
mitad de los mismos están en nuestro interior, y más del 80% de ellos pertenece
a personas totalmente ajenas a la actividad misma de la cría, con frecuencia
agrupados en consorcios circunstanciales de amigos o de personas cautivadas por
la permanente popularidad del deporte hípico, quienes invierten su dinero que
proviene de su actividad personal (re-distribución
del dinero y efecto multiplicador), con la compra del caballo y luego en el
mantenimiento con la pensión mes a mes al entrenador. La ilusión de cualquier
propietario es ver ganar su caballo,
sacarse la foto y lograr cobrar un premio monetario que al menos recupere algo
de lo que invirtió y arriesgó. Acá encontramos otra nueva conclusión los premios son la base de la actividad,
con buenos premios se produce el efecto
derrame, y más propietarios querrán tener caballos. Los premios actúan a la
manera de motor o dínamo alimentando el quehacer y la esperanza de un sector de
nuestra producción, con capacidad real de crecer y generar aún más empleo.
Desde lo macro podemos decir que la
actividad que generan los caballos de Sangre Pura de Carrera, sumando sus
distintas etapas, genera nada menos que el 8,7% del producto nacional
agropecuario y el 18,2% del pecuario.
Los hipódromos, son los
escenarios donde se muestra el resultado del trabajo y elección del criador,
propietario, entrenador y de todos los que trabajaron con este fin. Sin ellos
no hay actividad, como sin teatro no hay actores. El principal ingreso son las apuestas hípicas como medio idóneo de uso
universal. Tanto al turf como al hipódromo, lo puso en jaque el mismo Estado
permitiendo una enorme cantidad de juegos que los funcionarios de turno
fomentaron para distintos fines (aquí tenemos
el porqué del Fondo de Reparación, que tiene como objeto reparar el mal que le
hicieron a la actividad y a las personas que trabajan en la misma, consecuencia
de haber desarrollado tantos juegos de resolución inmediata en detrimento de la
actividad).
En el apogeo del turf no existían los bingos, ni los múltiples juegos
lúdicos, éstos son juegos que compiten de forma desleal con la hípica, aquí es
donde el Estado debe nuevamente asumir su rol evitando distorsiones. Nuevamente
aparece una pregunta: ¿Fue un error de
visión de los funcionarios dejar caer a la hípica y hacerlo dependiente de
máquinas tragamonedas? Por lo que
estamos viendo con los hechos de público conocimiento, podemos responder que si
han cometido un error o un beneficio particular, aprovechándose de la hípica quien
no tiene un dueño con quien negociar o pactar estrategias comerciales para el
beneficio en su conjunto. La actividad hípica no tiene un zar del juego, pero
si tiene un efecto derrame que redistribuye el dinero en muchas personas,
generando un efecto multiplicador superior de mano de obra intensiva que los
otros juegos. En Japón, donde el desarrollo de las carreras de caballos es la
principal prioridad frente a los otros juegos, hicieron una hípica que crece año
a año, incluso hoy en día es comprador de nuestras mejores yeguas para mejorar
su elevage.
El juego de los caballos es
el menos compulsivo (30 minutos entre carrera) y es considerado un juego inteligente donde el ingenio o la
estadística puede más que el azar o la programación de cualquier máquina tragamonedas.
El juego de las carreras de caballos increíblemente no llega al 1% en su adicción de ludopatía, y pensar
que nos hicieron daño con tango o los cuentos de nuestros abuelos. Es un juego
donde la lógica, el estudio y el análisis es prioridad y ofrece variables de
certeza en el caballo, jockey y cuidador por sus estadísticas, probabilidades o
estado físico, el jugador de las carreras incorpora una pasión y un
enamoramiento con determinados caballos o profesionales, cosa que con una
simple máquina es imposible lograr esa relación.
La actividad hípica padece en la actualidad además de la competencia
creciente de numerosos juegos de azar, al
calvario del juego clandestino, que usando la imagen del turf, levantan
apuestas de manera ilegal ante la dificultad del Estado en su rol de contralor.
La actividad hípica Argentina ha estado por muchos años fuera de la política de
Estado en este aspecto, salvo el año pasado donde el juego clandestino pasó de ser una contravención a pasar a ser
un delito. La actividad con el Gobierno a la cabeza debe saber no solo combatir al juego clandestino sino
competir frente a él. El mundo desarrolla aplicaciones y plataformas para
que se juegue en dispositivos electrónicos. Nuevamente aparece una pregunta: ¿No
suena raro que cualquiera puede jugar en cualquier tipo de deportes en el
exterior y nosotros no podamos jugar en nuestro propio país? Cuanto más cerrado
esté el juego hípico más clandestino vamos a tener. La prohibición o limitación
del juego hípico no es la única estrategia, ya que desde el origen de la
humanidad existió el juego, hasta MAO en China intento evitarlo sin grandes
resultados. En este tema hay que dejar de lado hipocresías y lograr tener la
captación de ese juego que se encuentra flotando en esos grises donde es
negocio para pocos, y convertirlo en blancos para que la sociedad en su
conjunto se beneficie.
Debemos decir que el accionar en estos últimos 30 años ha sido de baja
efectividad, entendemos que fue porque se preocupó más por otros juegos donde
los dividendos inmediatos son mejores y más fáciles de negociar, pero esto nos
llevó a lo que es hoy nuestra actividad, donde los hipódromos, los propietarios
y los criadores de la provincia de
Buenos Aires, son 70% dependientes del Estado, que sin su aporte no pueden
sobrevivir. Con la dirección que comenzó el año pasado y siguió por una línea
parecida este año, se destaca la transparencia, pero el desconocimiento de cómo
lograr desarrollar comercialmente a la hípica la está poniendo en estado de
coma, una responsabilidad de todos los actores de la actividad donde que muchos
estuvieron cómodos con el status quo que venía desarrollando.
Para cerrar el capítulo del juego ejemplificando con una realidad,
podemos decir que en toda la Provincia de Buenos Aires, el turf tiene solo 200 puntos de juego donde desarrollarse
comercialmente contra 3.500/4.000 puntos que tienen desarrollados para los
otros juegos de azar en la misma superficie. Otra muestra de nuestro atraso
es lo que muestran los números del resto país, donde se juega de forma oficial
(no clandestina) solo el 7% de la torta
total del juego de las carreras, pero sabemos que hay un enorme potencial
de juego pero se está yendo por la vía ilegal llegando a cifras incalculables, datos
aproximados dicen que podríamos como mínimo duplicar si las loterías junto al
estado lograran hacer convenios y bajaran quitas o costos entre toda la
actividad para competir con el clandestino. Estos ejemplos demuestran que la
actividad tiene la posibilidad de lograr tener ingresos genuinos, pero se debe
buscar acciones para dicho desarrollo y no darle la espalda con soluciones
simplistas. El Gobierno no puede evitar
cambiar el enfoque del fondo de reparación como está hoy, si no le da a la
actividad las herramientas para lograr captar el juego que ya existe.
Los avisos del 2017 y lo que viene para el 2018 con Haras que cierran, propietarios que se van,
entrenadores y periodistas que no pueden continuar, lleva también a pensar que
los tiempos se acortan y la actividad hípica debe lograr resultados con
oportunidades y soluciones necesarias para poder avanzar, evitar tomar decisiones
apresuradas y equivocadas por falta de experiencia o conocimiento que puedan
afectar más fuentes de trabajo. Como se puede apreciar el grave error de los
orígenes y hoy se da en la práctica, es que la actividad hípica está regida por
Lotería, cosa que es en parte un error ya que la actividad también tiene muchos
aspectos que como se han podido resumir en esta carta que no tienen que ver con
el juego, sino otros temas como la comercialización, la sanidad, la
comunicación, los convenios con otros países que son necesarios, las posibles
desgravaciones impuestas etc.
EL objetivo debe ser un plan
estratégico donde el Estado aportara sus herramientas y los privados el
conocimientos y necesidades para que juntos podamos mejorar el potencial que la
actividad tiene (Tenemos los datos reales que solventan esto como el juego
per cápita en otros países de la región como Uruguay o Chile que juega más que
nosotros por la vía legal).
Soñamos en diagramar un
desarrollo federal, integral, con comunicación masiva, y cambio de imagen y que
tenga por objeto la contribución social, que entiendan que esta actividad puede
ayudar de sobremanera a disminuir problemas en la sociedad, problemas de
pobreza, como se aplica en países como los nombrados con programas comerciales,
de incentivos, impositivos, subvenciones, etc. En un mundo globalizado el
hombre tiene la oportunidad de aprender de otras sociedades que planifican,
nuestro país tiene un nivel muy alto de desarrollo y profesional en esta
actividad, ha sabido sacar caballos que nos han puesto en el mapa del mundo, siendo
hoy embajadores hípicos como Candy Ride y Vale Dory, hace 10 años Invasor, hace
20 Paseana, hace 30 Bayakoa, hace 40 Mat Boy y así cientos de ejemplos, teniendo
el país la oportunidad de generar divisas en exportación, turismo, valores
agregados, etc..
Por lo tanto es importante advertir que la actividad del sector de la
cría y la competencia de los caballos de sangre pura de carrera es una sólida máquina productiva, generadora de
fuentes de trabajo y de ingresos de los argentinos, un verdadero orgullo nacional que por su indiscutido nivel de calidad que
nos distingue sobradamente frente al mundo, al que debemos respetar por sus
años de historia e inversión, desarrollando todo su potencial.
Como amantes de las actividades productivas, debemos de una vez por todas de forma estratégica, honesta,
sana, con el entendimiento y comprensión de todos los actores, criadores,
propietarios, profesionales, periodistas, hipódromos y el Estado, a sabiendas
que de las decisiones que se tomen por nuestros representantes y el gobierno de
turno, pueden repercutir para bien o para mal en la vida de más de 135.000 trabajadores
es decir casi medio millón de personas representadas en sus familias, que
sustenta nuestra Industria, muchas más que las cada vez más tecnificadas
industrias, como por ejemplo la automotriz.
Saludamos con todo el respeto y agradecimiento que esto merece,
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