Raúl Nelson: "El tope del fondo de
reparación
debe descongelarse"
El presidente de la
comisión de carreras de San Isidro hace un balance de quince meses
Por Gustavo
S. González | Para LA NACION
Distendido,
en la Redacción de La Nación. Foto: Hernán Zenteno
Raúl Nelson preside
la comisión de carreras del Jockey Club desde septiembre de 2011 y seguirá al
menos hasta mayo de este año,
cuando se renovará la mitad de la comisión directiva y el presidente. Hoy, la
administración de San Isidro es mucho
más importante que la política, para él.
"Asumimos tras
una multitudinaria asamblea. Asumió Enrique Olivera como presidente y se renovó
comisión
directiva, pero como
renunció casi toda la otra mitad se cubrió con nuestros suplentes",
recordó, al iniciar charla
con La Nación.
Empieza por el lado
positivo, su balance. "Una medida importante fue dar premios en las
carreras condicionales
hasta el 7° puesto,
repartiendo el 85% del premio al primero entre el 2° y el 7°; es el único
hipódromo que lo hace . Y en los clásicos,
que fuimos jerarquizando sin requerir ningún desembolso a los propietarios,
estamos
repartiendo entre el
2° y 5° puestos el 70% del premio al ganador."
-¿Cómo
está el tema de la programación?
-Tratamos de llegar a
todas las categorías desde los 2 años en noviembre hasta las carreras de
mediana y larga
distancia, que las
hicimos en mayor cantidad, jerarquizando los premios, para distribuir
equitativamente. También del otro lado tuvimos
las categorías promocionales, para darles oportunidades a todos. Eliminamos
unas categorías, pero
mantuvimos otras, de caballos de 6 años y más pero ganadores de 3 o más, que
tienen buenas anotaciones y
betting.
-La
integración con la Breeders' Cup fue un punto a favor.
-Se consiguió por
gestión de José María Nelson y el apoyo del periodista Bill Oppenheim y de John
Fulton. Al
Qasr ganó el 25 de
Mayo y clasificó para la Turf (G 1-2400 m-3 millones de dólares en premios).
Viajó junto con Calidoscopio, pero
lamentablemente sufrió un cólico y no pudo competir. Seguiremos en 2013.
También tenemos el Belgrano en
Palermo, gracias al cual con Calidoscopio fuimos varios los argentinos testigos
de una fiesta, de una enorme alegría.
-¿Cómo
ve esta cuestión de los triunfos tan seguidos de caballos extranjeros en
nuestros clásicos?
-Primero, si vienen
es porque en la Argentina hay garantías de imparcialidad, buenas carreras con
buenos premios, clasificaciones para
la Breeders' Cup, y el Pellegrini, la carrera más importante de Sudamérica. En
los últimos 12 años ganaron 9
argentinos el Pellegrini. El turf se ha emparejado y los caballos de los países
vecinos son mucho más competitivos que
hace 40 años. Otro punto es que se corre en forma muy limpia.
-Llegar
a la televisión de alta definición costó.
-Fue una iniciativa
de la comisión directiva que nos precedió. Debimos demorarla porque no se había
previsto la
iluminación, que era
de 1979 y su problema era la falta de homogeneidad, con potencias diferentes
entre los
sectores de la pista
y eso llevó tres meses. Tenemos una calidad de imagen y de información similar
a la de
Churchill Downs, que
fue nuestro modelo, según estudiamos en 2011, con Pablo Kavulakian.
-La
tercera pista del centro de entrenamientos es motivo de controversia desde hace
años.
-Hubo arreglos, pero
no terminaba de quedar bien, sobre todo en el contrapiso. La usaba el 5% del
parque
caballar, pero se
trabajó mucho y desde hace un mes está llena de caballos todos los días. Es una
pista liviana, que permite ser
acondicionada con poca agua, por lo que va a ser muy importante en el verano.
-¿Hay
chances de que las agencias de lotería de Capital Federal y la provincia
reciban apuestas de los tres hipódromos?
-Trataremos de lograr
un acuerdo con Palermo para usar las agencias de lotería de la jurisdicción de
unos y otros.
Estamos en un proceso
de apertura de agencias hípicas y de lotería, porque consideramos fundamental
la
distribución. En la
administración anterior se invirtió en un nuevo centro de cómputos y vamos a
comprar el
software no sólo para
ver las carreras sino también para apostar.
-¿Por
qué hay menor oferta de entretenimientos en las grandes jornadas, comparándolas
con los Pellegrini de
2008 a 2010?
-Fue una decisión
política. En este Pellegrini tuvimos el homenaje a los jockeys, los 130 años
del Jockey Club, el
tenor que cantó el
himno. En el mundo hay espectáculos luego de las carreras, como la gala lírica
que
organizamos el día
del 25 de Mayo, a la que asistieron 1000 personas. Creo que no hay grandes
diferencias en la cantidad de público
de los últimos Pellegrini. No fue por razones económicas. La idea es
complementar el
espectáculo sin
incomodar a la actividad hípica.
-La
coordinación total con La Plata y Palermo está pendiente.
-Hubo logros. Yo
propuse no hacer reuniones en las Fiestas y rápidamente Héctor Silva y Antonio
Bullrich
estuvieron de
acuerdo, y también en las fechas y en el calendario clásico de 2013. San Isidro
corre una sola vez
por semana en el
césped para permitir los trabajos de recuperación. La inmensa mayoría de los
entrenadores y
jockeys recibe bien
el hecho de trasladar las carreras de césped a arena para preservar el pasto.
Hacía muchísimos años que no se veía
la pista de césped como el día del Pellegrini.
-¿Cómo
tomaron en San Isidro los cambios de pista y distancia que hizo Palermo en sus
clásicos, al pasarlos al
césped?
-Palermo tiene una
pista de Tifton, que se usa en las canchas de polo, y van a pasar 13 clásicos
de Grupo a esa
cancha. Tiene todo el
derecho, pero hay algunos cambios de fechas que se superponen con clásicos de
San Isidro.
El caso más
conflictivo es el del Comparación (G 2-2400 m-césped), que se corre un día
después del Pueyrredón (G 2-3000 m). La
pista principal de San Isidro es la de césped, que es la auxiliar de Palermo.
La pista de arena de San Isidro es
fantástica, pero es la auxiliar y se corren categorías menores. Nosotros
tenemos dos tipos de césped: gramilla para verano
y rye-grass en invierno. Son diferentes respecto de Palermo.
-¿El
laboratorio de San Isidro fue un foco de conflicto?
-Tuvimos alguna
dificultad con entrenadores que cuestionaron el laboratorio. Está previsto que las
muestras se
envíen a otro
laboratorio, como ocurrió con el de La Plata, pero no se detectaron los
positivos que sí verificó San Isidro y cumplimos en
anular las sanciones, como indicó Lotería. Repetimos los análisis y volvieron a
dar
positivo; tiempo después,
por las consultas y cruces de información entre el CENARD, la Universidad de La
Plata y San Isidro, en La
Plata se empezaron a detectar las sustancias que no encontraron en su momento.
Hace poco se aceptaron los ratings
de América del Sur en la IFHA, así que si queremos permanecer en los rankings internacionales
debemos acompañar el camino hacia un turf limpio. Nuestro servicio químico
mantuvo la acreditación que
obtuvo hace más de un año, antes de nuestro mandato, cuando se otorgó la norma
IRAM 301, equivalente a ISO
17025. Es el primero en la Argentina en alcanzar esta norma para control de
doping en caballos. Patricia Porto y
Alberto Costa hacen un gran trabajo.
-¿El
fondo de reparación llega en tiempo y forma?
-Este año se puso un
tope al aporte del fondo de reparación -de 12 millones de pesos- que el turf
aceptó, pero es tiempo de ver la
forma de descongelarlo, para no resentir la relación premios-costos. Hay buenas
noticias, por otro lado, para dejar paso
a la iniciativa privada en el Hipódromo de La Plata. La hípica bonaerense tuvo
gran apoyo desde la
administración de Felipe Solá y continúa con Daniel Scioli. Con la ley del turf
se abrieron posibilidades que ya tenían nuestros
competidores de otros juegos.
-¿Cómo
influirá en la actividad hípica el proyecto inmobiliario en el predio del
hipódromo?
-No la afectará. La
comisión directiva del Jockey Club informó a los socios que hizo una licitación
con firmas
especializadas en ese
tipo de negocios para que nos hicieran propuestas de utilización de un sector,
que podría
incluir hasta la
venta. La asamblea aprobó la continuidad de esos estudios de concesión,
alquiler o venta. De 700 socios, sólo 12
votaron en contra. Una vez que se tengan los resultados se llevarán a una nueva
asamblea que decidirá qué hacer.
Las comisiones directivas están uno o dos años, los que siguen son los socios.
Se verá cuál se adecua, además, a las
reglamentaciones municipales.
NOTA:
El presente artículo fue publicado en la edición impresa del Diario La Nación,
del miércoles 2 de enero de 2013. El mismo
es difundido con la autorización del periodista Gustavo Gonzalez.
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