La constante es suspender y reprogramar.
Como es lógico, las carreras cuadreras no se pueden correr con lluvia o pista barrosa, eso se debe al inadecuado estado de las pistas del interior, que por supuesto no cuentan con ningún apoyo económico o subvención.
Entonces el paso siguiente y obligado de los organizadores y concertadores es reprogramar, lo que tiene un costo económico elevado y las consecuencias de la misma, ya que entonces comienzan las superposiciones de las fechas establecidas.
Hay que ajustarse y ceder en algunas oportunidades, sobre todo las plazas más débiles, porque en algunos casos no se pueden superponer con hipódromos importantes.
En algunos casos las carreras concertadas simplemente "se desarman" o se corren en algúna pista cercana, lo que hace un gran contratiempo para el coordinador que las programó originalmente, aunque pensando también en las dificultades de los cuidadores que también tienen la necesidad de correr.
Simplemente sin dañar a nadie, tratamos de explicar que ante tales adversidades no se puede hacer nada, no tienen la culpa las instituciones al cambiar deliveradamente las fechas establecidas ya que es imposible mantener la fecha original de la misma.
Quizás en algún tiempo no tan lejano, se pueda ir arreglando paulatinamente las pistas del interior para que de una vez por todas las plazas se puedan ir animando a correr con pistas adversas.
O en el mejor de los casos las instituciones puedan disponer de un fixture en común donde las realizaciones deportivas se lleven a cabo en tiempo y orden establecido.
Aunque a juzgar por la experiencia es una meta demasiado ambiciosa ya que en otras provincias se ha intentado lo mismo y con resultados adversos.
Mientras tanto, hasta que lleguen soluciones será necesario simplemente rogar que no llueva y los cuadreros puedan correr sin inconvenientes.
TURF NACIONAL
Roberto Oscar Rodríguez
robertorodriguez2006@yahoo.com.ar
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