Nuevo Hipódromo de Las Flores

El criador de un potrillo con “Ritmo Espléndido”

Federico Lamas es el dueño de Ritmo de Samba, el padrillo que presta servicios en Haras La Fe y que en el Clásico Patria del Nuevo Hipódromo de Las Flores pudo convertirse en vencedor selectivo con el triunfo de su descendiente.  “Le dedico todo el tiempo a los caballos. Esto es mi vida”, apunta.
En las carreras de caballos se pueden disfrutar los éxitos desde diferentes posiciones. Se dan como aficionados, también como profesionales, pero sí hay uno diferente es el de criador ya que tiene ese sabor único de empezar a soñar cuando un potrillo da sus primeros pasos de vida.  Federico Lamas tiene 44 años, fue jugador de Polo y hace un tiempo se animó a la aventura de armar el Haras La Fe, que se encuentra en la localidad santafecina de Cayastacito.
“Empecé con cinco yeguas. Soy nuevo en esto. Arranqué gracias a Gerardo Conti, un amigo que me dio una mano enorme”, dice Lamas en el inicio de la charla cuando la victoria de Ritmo Esplendido ya era toda una realidad y sólo faltaba la última carrera del programa para que finalice la jornada hípica.
No fueron tiempos fáciles en el inicio de este rubro y así lo cuenta: “Es la primera victoria con este padrillo. Tuvo cuatro hijos y dos se me murieron.  Le puse muchas ganas para salir adelante. Disfrutó de esto. Soy uno más en el stud; armó las camas, estoy pendiente de los servicio. Le dedico todo el tiempo  a los caballos. Esto es mi vida”.
Desde los 200 metros a la raya, Lamas empezó a creer que la medalla jerárquica estaba al caer. El 18 de mayo de 2015 tuvo un grato momento en el turf cuando con York The Halo ganaba, en Palermo, uno de los turnos de los Encuentro Provinciales. “Ese primer puesto fue importante por todo lo que significa ganar en Buenos Aires, pero lo de Ritmo Esplendido considero que es mucho mejor”.
La campaña de Ritmo Espléndido recién comienza. Son de esos productos que todavía no conocieron su techo. Federico Lamas lo celebró con la cautela del caso, pero con esa sensación que por su esfuerzo y esmero en el campo pueden empezar a seguir llegando.




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