El jockey de la tapa.
El aprendiz Lucas Juárez disfrutó
de un doblete jerárquico que recordará por siempre. Sobre los estribos de Ritmo
Esplendido se llevó el trofeo en el Clásico Patria (1200 metros) y, al turno
siguiente, repitió en el Handicap Revolución de Mayo (1600 metros) con Oco
Primo Jugando.
Las
estrellas azules que exhibe la chaquetilla amarilla del stud La Criolla
parecían agigantarse en la figura de Lucas Juárez en “su” gran tarde en el
Nuevo Hipódromo de Las Flores, en la que
cosechó las dos pruebas más relevantes del programa, con la coincidencia de
vestir los mismos colores.
“Es uno
días más felices de mi vida. Sin dudas, el mejor que tuve en esta profesión”,
cuenta Juárez con una sonrisa de oreja a oreja. Es un muchacho muy trabajador,
que está firme en las mañanas de ensayo y se ganó el cariño de este circuito.
El testimonio de ese aprecio quedó registrado en las felicitaciones de sus
colegas, entrenadores como aficionados.
Lo de
Ritmo Esplendido fue un verdadero espectáculo. A lo bueno y sin discusión se
convirtió en uno de los referentes del proceso selectivo santafecino. “Es un
potrillo que en privado siempre ejercita de buena manera. Era el candidato de
la prueba y lo demostró. Creo que no tendrá inconvenientes en mayor distancia”,
comentó sobre el primero de los triunfos fuera del plano condicional.
Oco
Primo Jugando la tenía un poco más complicada y lo resolvió de la mejor manera.
Lucas ya lo conocía porque con ese mismo ejemplar había ganado en la media
distancia. “El caballo es muy manso y
noble, que se no enoja en el desarrollo.
Venían todos juntos y cuando lo busqué fue por todo”, sentencia.
Su
historia ya se había conocido por ser uno de los asistentes al curso UTTA sobre
Peón de Turf. La pasión por la hípica la lleva a flor de piel y ahora le agrega
un grato recuerdo, de esos que podrá contar cada vez que surja una charla sobre
grandes momentos de la vida.
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