Hipódromo de San Isidro



EXITOSA TRAYECTORIA COMO JINETE Y COMO ENTRENADOR
Vilmar Sanguinetti, un profesional superlativo

El jinete uruguayo cumplió una destacada actuación en Argentina y se ganó el cariño de todos. Con sus notables triunfos en la silla de brillantes ejemplares comenzó a quedar en la historia grande del turf nacional. No obstante, recuperado de un accidente que lo marginó de las pistas, en su rol de entrenador sumó victorias de jerarquía y su nombre volvió a brillar con fuerza. Esta es su historia.

Vilmar Sanguinetti nació el 31 de marzo de 1945 en una ciudad uruguaya cerca de la frontera con Brasil. Su padre Domingo era jockey en aquel país y de ahí heredó su pasión por los caballos pura sangre de carrera.

 Roberto V. Mansilla entrega el “Pellegrini del Año” a Vilmar Sanguinetti

A los 14 años, en 1959, debutó como jinete en el Hipódromo de Santa Ana de Do Livramento, ciudad en la que radicó su familia y donde comenzaría su suceso. De 1960 a 1964 ganó cuatro estadísticas en Brasil y el 7 de junio de 1964 debutó en forma accidentada en Maroñas pues rodó a 100 metros de largar. Sin embargo, se desquitó un par de meses después al imponerse en ese escenario con Mosca Brava, una pupila de Antonio Marsiglia.
El 25 de marzo de 1968 contrae matrimonio con la hija del recordado entrenador Juan Pedro Brondo, quien lo invita a Buenos Aires para que venga a trabaja. Por entonces llevaba ganadas 273 carreras.
El 11 de agosto se presentó por primera vez en el Hipódromo Argentino de Palermo, sin triunfar. Una semana después, el 18 de agosto, se impuso con Pelilea (Jerry Honor), al cuidado de Juan Brondo.
En 1971 logró su primera estadística en Argentina. En una temporada sumó 107 victorias y superó a Eduardo Jara, con 86. Aquel año se adjudicó el Clásico Carlos Casares con Borobeta, el Santiago Luro con Chirrup, el San isidro con Chupito y el Ramón Biaus con Snow Castle. Así comenzaba a forjar su historia grande en el turf argentino…
Se adjudicó la estadística de 1972, con 105 victorias, dos más que Eduardo Jara, temporada en la que logró con Hekaton el Gran Premio Nacional y con Farley el Santiago Luro, entre otros logros de trascendencia.
En 1973 empató la estadística nacional con Eduardo Jara. Ambos sumaron 94 victorias. Los logros más destacados de esa temporada llegaron con Rey Maya en el Alzaga Unzué, con Redtop en el Casares y el 25 de Mayo, con El Chamical en el Chevalier y el Palermo; y con Circinus en el Miguel Cane.
Siguió dominando las estadísticas. En 1974 lideró con 116 victorias y dejó en el segundo lugar a Víctor Centeno. Ese año triunfó con Circinus en el 25 de Mayo y con Bastonera en el Chacabuco.
Un año después quedó tercero en la estadística nacional, con 99 logros. Arriba se ubicó Miguel Cañedo (168 triunfos) y segundo se ubicó Víctor Centeno (119). De todos, ser tercero en la estadística no lo privó de conseguir 13 clásicos.
En el año 1976 sumó 66 victorias entre Palermo y San Isidro pero terminó cuarto en la estadística detrás de Miguel Cañedo, Elvio Bortule y Angel Baratucci. Por entonces se contabilizaban los triunfos en hipódromo adheridos y ahí se daba la diferencia por parte de sus colegas.
En la temporada de 1976 ganó el Gran Premio Palermo con Contador, un hijo de Atlas que era entrenado por Juan Esteban Bianchi. A esa altura era uno de los jinetes más reconocidos del momento y agigantaba su figura día a día…
En 1997 y 1978 volvió a obtener dos nuevas estadística. Primero sumó 109 triunfos, además de lucirse con el gran Farnesio (Good Manners) en el Gran Premio Jockey Club y en Clásico Martínez; y con Belcho en el Gran Premio Palermo. En tanto, en 1978 conseguiría 104 éxitos y un año más tarde (1979) quedaría segundo en la estadística nacional, además de liderar la de Palermo. En el Hipódromo Argentino logró 111 éxitos, más tres en Hipódromo de San Isidro para llegar a un total de 114. Lo superó Juan Maciel con un total de 131. De todos modos recibió en manos del presidente del Jockey Club, el Arquitecto Roberto Vázquez Mansilla, el Pellegrini del Año, el primero que recibió una persona, y no una entidad.
1980 sería otro año brillante en la trayectoria de Vilmar. Sumó 135 triunfos en Palermo y 100 en San Isidro para obtener las estadísticas de esos hipódromos con récord hasta ese entonces.
Como testimonio de una temporada sensacional consigue con Propicio (Dorileo), un pupilo de Carlos Ferro, el Gran Premio Int. Republica Argentina – Presidente Carlos Pellegrini y repite en el 25 de Mayo. Sobre Dorileo, Sanguinetti comentó en más de una oportunidad: “Recuerdo que la gente decía que Dorileo había ganado el Pellegrini por casualidad. Entonces decidimos correrlo en el 25 de Mayo y el caballo ratificó que era bueno de verdad…”
En los años 1981, 1982, 1983 y 1984 se adjudicó las respectivas estadísticas. En 1981 acumuló 78 logros en Palermo y 88 en San Isidro. En 1982 consiguió un total de 231 éxitos, 2006 en el ’83 y 237 en el ’84. Particularmente, en 1982, batió su record en San isidro de carreras ganadas y corridas. Incluso, fue premiado con la Medalla de Oro al Comportamiento en las Pistas al no recibir sanción alguna.
En 1985 se ubicó segundo de Jorge Valdivieso en la estadística general. El mendocino registró 208 éxitos y Vilmar logró 194. Un año después obtuvo la estadística de Palermo, con 141 logros, y en San Isidro escoltó a Jorge Valdivieso.
Sanguinetti sumó 115 éxitos y Valdi lideró con 126.En 1987 terminó segundo en las estadísticas de Palermo y San Isidro, con 105 y 115 éxitos, respectivamente. En ambosordenamientos lo superó el gran Jorge Valdivieso.
1988 sería un año muy especial. Sumó 79 victorias en Palermo y 72 en San Isidro y llegó a su vida un caballosensacional: Ultrasonido (Noble Quillo). Para Vilmar fue el mejor caballo que montó, con él se mantuvo invicto encinco salidas y lo llevó al éxito en el Gran Premio Polla de Potrillos y en el Gran Premio Jockey Club. Sobre la últimade esas carreras Vilmar recuerda: “Había llovido mucho en San Isidro y Ultrasonido venía muy firme sobre el barro.
Cuando entramos al derecho la gente empezó a suponer que el caballo se pararía pero no fue así… Al contrario, lohice cambiar de mano y remató con solvencia para ganarle por ocho cuerpos a Savage Toss, que después ganó elLatinoamericano, y a Montubio, que en diciembre ganó el Pellegrini…”
De todos modos 1988 sería su último año como jinete. El 5 de noviembre se accidentó con la yegua Shadow Dancing ydespués de permanecer 25 días con perdida de conocimiento, logró recuperar la lucidez. Sin embargo, se vió obligado adejar de correr y comenzó a entrenar caballos. El 11 de septiembre de 1990 regresó a las carreras como entrenador y el3 de febrero de 1991 ganó su primera carrera luego del accidente.
En 1993 se le entrego el premio Carlos Pellegrini como la revelación, a través de la campaña que le trazó comoentrenador al Caballo del Año Cleante, también elegido Mejor Millero; y a Bullicioso In, elegido Mejor Fondista yganador de la Copa de Oro (G1) y Carrera de las Estrellas (G1). También entrenó a ejemplares de la talla de MadChamp, Luna Tiniebla, Lord Critic, Lord Best, Pulpi Marshal, Maximilian, Galileo y Químico. Con todos ellos sumóclásicos importantes, incluso de G1.
En este repaso por su vida profesional no se puede pasar por alto el Olimpia de Plata en Turf que recibió en 1987, elprimer año que ese deporte fue incluido en la ceremonia deportiva. Al año siguiente integró la terna pero el galardónquedó en poder de Jorge Valdivieso.
Entre sus nombramientos se destaca cuando las Autoridades del Hipódromo de San Isidro decidieron ponerlo al frentede la Escuela de Jockeys Aprendices.
Vilmar Sanguinetti ha sido uno de los grandes profesionales con actuación en Argentina, de todos los tiempos.
En este repaso breve seguramente queden en al margen ejemplares y victorias importantes, esas que lo ubican a Vilmaren un lugar muy especial. Esos logros lo posicionan junto a los más grandes… y bien merecido lo tiene.

Fuente: Hipódromo de San Isidro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario