La Unión de Trabajadores del Turf y Afines conmemora, junto a la ciudad de Santa Fe, la inundación ocurrida hace una década que devastó un tercio de la ciudad cuando desbordó el río Salado el 29 de abril de 2003. En aquellos dramáticos acontecimientos las aguas del río ingresaron por un tramo inconcluso del terraplén de defensa y obligaron a la evacuación de 135.000 habitantes con un saldo de varias decenas de personas fallecidas.
Dijo Carlos Felice: “Recuerdo
el estruendo del río desbordando su cauce e ingresando por la puerta
que dejaron negligentes gobernantes. En el terraplén oeste, el agua
arrasó el Hipódromo y pronto tomó la ciudad en la peor catástrofe
hídrica de Santa Fe. Recuerdo esto porque, emblemáticamente, los
trabajadores del turf fuimos las primeras familias damnificadas”
Así también: “Los santafesinos recordamos a quienes ya no están y no olvidamos la inacción de quienes tenían responsabilidades para evitar el desastre. Sin embargo, también sobrevive la imagen de una ciudad que encontró en la solidaridad de su pueblo la reconstrucción del ejido social”.
Así también: “Los santafesinos recordamos a quienes ya no están y no olvidamos la inacción de quienes tenían responsabilidades para evitar el desastre. Sin embargo, también sobrevive la imagen de una ciudad que encontró en la solidaridad de su pueblo la reconstrucción del ejido social”.
La recuperación del
Hipódromo tomó muchos años y tuvo momentos de zozobra. Luego de meses
acuciantes y de un cierre total, en mayo de 2012 la reapertura cobró
particular impulso cuando los trabajadores organizados nucleados en UTTA
y conducidos por Carlos Felice, Secretario General, se hicieron cargo
de la concesión garantizando así las fuentes de trabajo para las
familias de la actividad del turf en Santa Fe.
Informe: Prensa: UTTA
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