Un evento en el que ganamos todos
Por noveno año consecutivo el Gran Premio
Internacional Carlos Pellegrini tendrá un sentido solidario que se sumará a
la pasión deportiva, al colorido competitivo y al glamour de una tarde única.
Una vez más se dará en el Hipódromo de San Isidro otra oportunidad en la
que el deporte y el entretenimiento se combinarán con un profundo sentido
solidario. Esta vez, la carrera más importante de Sudamérica -y la mejor
rentada de la región- será el polo de atracción para que la beneficencia esté
presente.
Bajo un sentido solidario y benéfico, la
organización y el Jockey Club Argentino se juntarán para ayudar. En esta
ocasión, integrantes de la entidad recorrerán las instalaciones del Hipódromo
de San Isidro con urnas en las que se podrá depositar la ayuda de todos.
La solidaridad es una constante en el Hipódromo
de San Isidro. Anteriormente, en 2005, se ayudó a la entidad Unidos por
los chicos y en 2006 se colaboró con la Fundación del Hospital
Fernández. Un año después se apoyó la gestión de entidades como Fundaleu,
Hospital de Clínicas, Fundación Dr. Juan Fernández y Hospital
Central de San Isidro; algo similar a lo ocurrido en 2008, 2009, 2010 y
2011 bajo el lema “Corremos todos juntos para ayudar” a la Fundación
Dr. Juan A. Fernández.
El sábado 15 de diciembre los mejores caballos de
Sudamérica competirán por la gloria eterna pero al margen del resultado, y con
la solidaridad como bandera, todos seremos los ganadores en una jornada
histórica.
De esta manera, el Hipódromo de San Isidro será
el escenario para contribuir a que la unión entre el deporte y solidaridad se
convierta en una alianza a favor de la vida.
¿Qué es ?
En 1997 un grupo de jóvenes comenzó a
trabajar por el sueño de superar la situación de pobreza en la que
vivían millones de personas. El sentido de urgencia en los asentamientos los
movilizó masivamente a construir viviendas de emergencia en conjunto con las
familias que vivían en condiciones inaceptables y a volcar su energía en
busca de soluciones concretas a las problemáticas que las comunidades
afrontaban cada día. Esta iniciativa se convirtió en un desafío
institucional que hoy se comparte en todo el continente. Desde sus inicios
en Chile, seguido por El Salvador y Perú, la organización emprendió su
expansión bajo el nombre “Un Techo para mi País”. Luego de 15
años de trabajo, TECHO mantiene operación en 19 países de Latinoamérica y el
Caribe: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador,
El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay,
Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Además, cuenta con una oficina
en Estados Unidos.
VISIÓN Una sociedad justa
y sin pobreza, donde todas las personas tengan las oportunidades para
desarrollar sus capacidades y puedan ejercer y gozar plenamente sus derechos.
MISIÓN Trabajar sin
descanso en los asentamientos precarios para superar la pobreza, a
través de la formación y la acción conjunta de sus pobladores y jóvenes
voluntarios, promoviendo el desarrollo comunitario, denunciando la
situación en la que viven las comunidades más excluidas e incidiendo junto a
otros en política.
TECHO trabaja en asentamientos
precarios, siendo su motor esencial la acción conjunta de sus pobladores
y jóvenes voluntarios, quienes trabajan para generar soluciones concretas a
la problemática de la pobreza. TECHO impulsa un proceso continuo de
fortalecimiento de la comunidad, siendo el desarrollo comunitario el eje
transversal de la intervención.
En una primera fase, los voluntarios identifican
y caracterizan las condiciones de vulnerabilidad de hogares y asentamientos
con el apoyo de referentes de la comunidad y otros actores influyentes, impulsando
desde un inicio la organización, participación y corresponsabilidad de la
comunidad.
En una segunda fase, TECHO genera espacios participativos y desarrolla soluciones
concretas en conjunto con los pobladores de la comunidad, a fin de
enfrentar las necesidades identificadas. La precariedad habitacional es uno
de los problemas prioritarios y urgentes de los asentamientos, por lo que
TECHO empieza este proceso de desarrollo comunitario construyendo viviendas
de emergencia, con la participación masiva de voluntarios y familias de la
comunidad. Esta vivienda es una solución concreta y realizable al corto
plazo, que impacta en la calidad de vida de las familias y genera los
primeros vínculos de confianza entre los voluntarios y la comunidad, a partir
de este trabajo conjunto.
Posteriormente, TECHO conforma la Mesa de
Trabajo, instancia semanal de reunión y diálogo entre líderes
comunitarios y voluntarios, partir de la cual se identifican otras necesidades
prioritarias y se desarrollan programas para enfrentarlas. Los principales
programas que TECHO desarrolla con la Mesa de Trabajo son:
Educación: Talleres de apoyo escolar para niños y jóvenes, y alfabetización
para adultos.
Trabajo: Capacitación en oficios básicos y formación laboral.
Fomento productivo: Apoyo para el desarrollo de emprendimientos.
Fondos concursables para desarrollo de proyectos comunitarios.
Salud: Campañas de
prevención y promoción de la salud.
TECHO promueve la vinculación a redes para potenciar los programas mencionados y para desarrollar otros
proyectos que contribuyan a la generación de soluciones integrales. Estas soluciones
potencian las capacidades individuales y colectivas de autogestión en la
comunidad e involucran a los voluntarios en un proceso de
sensibilización y concientización en torno a la pobreza y sus causas, que
los lleve a actuar y movilizarse para generar cambios reales. Como última
fase del modelo, se busca implementar soluciones definitivas en los
asentamientos precarios, como la regularización de la propiedad, servicios
básicos, vivienda, infraestructura comunitaria y desarrollo local. TECHO
articula y vincula pobladores de asentamientos organizados con instituciones de
gobierno para exigir sus derechos.
TECHO es una organización
presente en Latinoamérica y El Caribe que busca superar la situación de pobreza
que viven miles de personas en los asentamientos precarios, a través de la
acción conjunta de sus pobladores y jóvenes voluntarios.
TECHO tiene la convicción de que la pobreza se puede
superar definitivamente si la sociedad en su conjunto logra reconocer que éste
es un problema prioritario y trabaja activamente por resolverlo.
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